Nunca pensé que escribiría algo así, pero nuestra fortaleza se volvió contra nosotros. La muerte asechando en la superficie y la casa como único espacio donde podemos estar a salvo porque ese enemigo, el nuevo Coronavirus, no muestra la cara.

Ahora toca sufrir las consecuencias y revertir la situación.

Le comentaba a una colega, a raíz del incremento de casos positivos a la Covid-19 en San Nicolás, donde existen menores de edad entre los contagiados.

¿Cómo es posible que ante esta situación existan no pocos indisciplinados?, me pregunto. Con el nasobuco al cuello y otros negados a utilizar la solución de hipoclorito al uno por ciento e infantes jugando aún en las calles o jóvenes haciendo estancia en la vía pública.

Sin lugar a dudas es notable la   poca percepción de riesgo, la confianza y la tranquilidad de muchos porque se sabe que nadie quedará fuera del sistema de salud, el Estado hará lo necesario y las vacunas andan por buen camino y contamos con cuatro candidatos.

Hoy cuando se aplican medidas más severas y se arrecian los protocolos por parte del país, es hora de que seamos disciplinados y cumplamos con las orientaciones de las autoridades de cada territorio hasta tanto logremos controlar la situación epidemiológica desfavorable que tenemos en la localidad

La pandemia pasará, nadie lo dude. Y cómo ocurrió desde siempre con esas historias de grandes amores, que por una u otra razón sufrieron los rigores de la distancia, habrá también nuevas canciones, novelas y películas famosas que contarán sobre este tiempo en que tuvimos que quedarnos en casa sin vernos, hablarnos, abrazarnos con las personas más entrañables.

Entonces no nos demos el lujo de que la Covid-19 nos sorprenda dormidos. (IVP)

Milay Vega Villar

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