Mayabeque, Cuba: Más de cien hectáreas existen en el país dedicadas al sistema de cultivos protegidos. La obtención de materiales híbridos mediante del mejoramiento genético con métodos tradicionales, forma parte de los retos del Instituto de Investigaciones Hortícolas “Liliana Dimitrova” ubicado en Quivicán.
Allí un equipo de investigadores y técnicos tienen el reto de incrementar la obtención de materiales para cubrir la demanda de semillas del país.
La Directora General del Centro, la Máster en Ciemcias, Alicia de la Caridad Fernández Miranda, explica: “la ciencia nuestra ha sido bastante osada desde los años 90 al dedicarse a la obtención de materiales híbridos, utilizando el sistema de cultivos protegidos, con finalidad fundamental el turismo”.
Es un trabajo muy consagrado porque lleva la dedicación de colocar el polen de una planta a otra, es un trabajo muy sistemático, día a día, dijo Fernández Miranda y agregó: “todavía no logramos alcanzar las necesidades que tiene el país y ese es nuestro gran reto, lograr mayor productividad con los recursos que tenemos, pero, además, generar nuevos materiales híbridos para seguir contribuyendo a la sustitución de importaciones del país”.
El centro trabaja en un proyecto de investigación de mejoramiento genético del tomate para el consumo fresco, la industria y el turismo. Al frente de este proyecto, la Máster en Ciencias, Gisela Rodríguez Rodríguez, investigadora titular, expresó: “tenemos tomate tipo saladette, que son redondos, tipo pera, y los tomates cherry que se producen fundamentalmente en racimo.
Tenemos tomates de diferentes colores: rosado, rojo, y amarillo, y entre las formas de fruto de los tipos cherry que se cosechan en racimo con destino al turismo, están los tomates tipo pera, de gran tamaño, de pequeño tamaño y mini, para ponerlos a disposición del turismo en combos, por colores, tamaño y formas”.
Este proyecto de investigación tiene como principal objetivo sustituir la importación de semillas, de un alto valor en el mercado internacional que alcanza los 30 mil dólares el kilogramo. La pretensión es cubrir la demanda para la producción nacional. (adm)