Cuba viste hoy también de miliciana y como hace 60 años asegura que el futuro de la Patria pertenece al socialismo.
No es casual que este 16 de abril inicie el Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) evocando el trascendental hecho de hace seis décadas en el que se proclamó el carácter socialista de la Revolución. Este es el Congreso de la continuidad histórica, de la unidad y de la decisión de todo el pueblo de mantener en alto las banderas de la dignidad y la justicia social.
Las nuevas generaciones herederas de la tradición de lucha de las que las antecedieron asumen con orgullo la tarea de continuar la obra de la Revolución.
En los días que recuerdan la hazaña de los cubanos en las arenas de Playa Girón, para enfrentar la agresión imperialista, los delegados al Octavo Congreso profundizaran en la conceptualización de nuestro modelo económico.
La cita en la capital cubana tiene lugar en un complejo escenario impactado por la Covid-19 y el reforzamiento del bloqueo de los Estados Unidos y serán jornadas de trabajo y ratificación de compromisos.
Este es el Congreso del pueblo, un pueblo curtido en la lucha por sus derechos, un pueblo rebelde y revolucionario que jamás volverá al pasado. Hoy la construcción de un país cada vez mejor y más socialista está en las manos de las actuales generaciones, de los jóvenes que dan lecciones de valor y patriotismo y sabrán ser dignos continuadores de esta obra de infinito amor.
Quienes nos condujeron hasta aquí sienten el orgullo por el deber cumplido, Cuba es una patria libre con un pueblo digno y dispuesto a defenderla hasta las últimas consecuencias.
El espíritu de Girón está en el Octavo Congreso del Partido y la victoria aquí también será nuestra. La patria de Fidel y Raúl y de tantos héroes y mártires seguirá siendo faro de dignidad, la Isla de la libertad y el ejemplo de que un mundo mejor es posible. Es un hecho, este es el Congreso de la continuidad de una Revolución. (IVP)
