Mayabeque, Cuba: Un viaje por la historia sería suficiente para conocer el sufrimiento de todo un pueblo. La cuna de la civilización como se le dice al continente africano, vivió y vive aún una represión de sus masas.
Colonizadas, esclavizadas, saqueadas sus tierras repetidas veces, obligados a salir encadenados y brincar mares en contra de su voluntad, fue el destino de muchos africanos.
Su cultura viajó por todo el mundo y cómo mismo sucedió con sus países, conquistaron los lugares donde llegaron y no fue con fuego y opresión, sino con su idiosincrasia, plantando una semilla que floreció y se mezcló con todas las razas.
En nuestro país, los africanos se sumaron a las luchas independentistas, Carlos Manuel de Céspedes marcó un hito en la historia cuando en 1868 dando la libertad a sus esclavos, un reflejo de que esta pequeña isla también era su hogar.
Nuestro agradecimiento con este continente no finalizó allí, de eso fueron testigos Angola y Etiopía, donde cubanos derramaron su sangre en estos pueblos, demostrando la unión entre Cuba y este gran continente.
En cada situación difícil la mano de un amigo siempre es imprescindible, y creo que nuestra nación se ha convertido en un aliado, cuando se han solicitado nuestras prestaciones en el continente negro como se le suele llamar, allí han estado nuestros médicos, en el ébola y ahora en la lucha contra la COVID-19.
África hoy en día vive una de las historias más difíciles de los últimos tiempos, su pueblo sufre las constantes opresiones, guerras sin cesar y la explotación en todos los ámbitos.
La cuna de la civilización sufre, y se desangra, la humanidad debe ser consciente de que en sus manos está el bienestar de una tierra que siempre ha sido criticada por su religión y su color de piel. (BSH)
