Mayabeque, Cuba: Nuestro país vive una de las situaciones más intensas en estos dos últimos años en el sector agrícola. Tanto la COVID-19 como el recrudecimiento del bloqueo, frenan los procesos necesarios para desarrollar los programas agropecuarios.

A pesar de lo descrito anteriormente, no se dejan de buscar soluciones, sobre todo a la hora de llevarles a los cubanos los alimentos para la cotidianidad.

En Quivicán la Dirección de la Agricultura Urbana, implementa varias estrategias para lograr este objetivo.

Según el director de esta área, Darío Ismel Basurto Gómez,  marcha a buen ritmo un experimento insertado en varios Consejos Populares para lograr alcanzar los 5 kilogramos de carne y las 30 libras divididas entre viandas y hortalizas por personas.

A esta nueva experiencia también se incorporó una microindustria con la confección de 25 productos, como son el caso de purés de tomates, condimentos secos y pulpas de diferentes frutas. Se une una finca para la cría de ganado menor, entre otras actividades dirigidas a la localidad.

En aras de favorecer el aumento de las producciones por parte de las cooperativas, y satisfacer las demandas nuestro país aprobó 63 medidas, de ellas 30 prioritarias por la necesidad urgente del país.

Estas acciones no solo beneficia el aumento de productos, sino que incentiva al campesino a incrementar los rendimientos, como es el caso ganadero, autorizándose la venta liberada de leche después de cumplidos los indicadores establecidos. La unión de los centros científicos y su ayuda técnica a las empresas agropecuarias, son otras de las alternativas que con vistas al futuro pueden aportar dividendos, donde todo tenga un bien común, llevar la comida a los platos de los cubanos. (BSH)

Alejandro Rodríguez Fernández

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