La hazaña de Cuba frente al bloqueo es extraordinaria y una prueba de la resistencia y patriotismo que nos distinguen en el mundo.

Sin embargo esa heroicidad no merma ni en un ápice la crueldad y cinismo de la política injerencista del imperio. Las afectaciones a nuestro pueblo son invariables, es la familia cubana el principal blanco de ese cerco genocida que pretende rendir por hambre y enfermedades a un pueblo por atreverse a vivir con dignidad y sin tener precio.

Las persecuciones financieras y comerciales, las constantes campañas difamatorias contra la Revolución y el carácter extraterritorial del bloqueo, afectan la vida en la Isla.

Al gobierno cubano se le hace muy difícil ejercer su rol y garantizar el bienestar del pueblo bajo los complejos escenarios que impone la política cruel imperialista. Las dificultades para importar alimentos, las trabas para acceder a las más modernas tecnologías y las limitaciones a la hora de exportar nuestros productos, complejizan la gestión gubernamental y la vida del pueblo trabajador.

Son esas y otras las razones que expone Cuba para exigir el cese del bloqueo de los Estados Unidos contra la nación.

Por eso el mundo ya alza su voz a través de los representantes de los países en las Naciones Unidas en apoyo a Cuba.

El imperio se aleja de la comunidad interna final y presta oídos sordos a un pedido del mundo, poner fin al criminal bloqueo. Mientras aquí todo el pueblo sigue atento a lo que ocurre en las Naciones Unidas convencido de que la razón está de nuestro lado y nuestra será la victoria. (IVP)

Maria Amalia Pérez

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