Cuando uno se va, uno no se va, uno se queda circundando, así respondió al periodista el hombre extraordinario e iluminado que empuñó las armas del Libertador y le devolvió la dignidad a su pueblo venezolano.
El niño arañero de Sabaneta se sentó en la silla presidencial del Palacio de Miraflores, fue de andar con harapos a proteger a quienes los usaban, a luchar por los de abajo, a levantarlos del olvido de gobiernos ciegos ante los intereses mayoritarios.
Militar de vocación, rebelde y justo de corazón fue de esos jóvenes que miran alrededor de la patria de donde han nacido y son capaces de entregarlo todo por el futuro merecido de sus hijos.
Convencido y enérgico el 4 de febrero de 1992 al frente de más de 2000 venezolanos llevó a cabo una acción decidida a derrocar al gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
El intento fue fallido y él apresado, la cárcel se convertiría en el espacio propicio y oportuno para estudiar y analizar la situación nacional e internacional y consolidar las bases de su doctrina y el sueño de una Venezuela libre e independiente.
Su programa popular con aspiraciones avanzadas fue fundado como el Movimiento Quinta República, se convirtió en el presidente de los venezolanos en el año 1999 comenzando de esa forma un camino de entrega incondicional a la construcción del Socialismo a la Patria Bolivariana.
Desde los primeros momentos de su gobierno si algo definió la carrera política de ese hombre excepcional fue su cercanía a la Revolución Cubana y a su líder histórico Fidel Castro, junto al que fundó el 14 de diciembre de 2004 la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
Ese político y revolucionario brillante se llamó Hugo Rafael Chávez Frías, los cubanos siempre así lo conocieron, pero nuestro Comandante en Jefe le dejó un título mayor al nombre de nacimiento cuando lo consideró ante el mundo como El mejor amigo de Cuba de todos los tiempos.
Hace nueve años alcanzó otra dimensión, desde entonces late en el corazón del pueblo. (BSH)