René Navarro Albelo, hijo ilustre de Madruga. Foto: Archivo

Se acababa el año 1945, era 15 de diciembre. ¿Sabría entonces Madruga que ese día nació el niño que se convertiría con los años en uno de sus más reconocidos hijos? Hoy lo sabe. Se regocija y presume, lo honra y se siente honrado.

Es que hablamos de René Navarro Albelo, un hombre extraordinario, cuya hoja de servicio prestigia a los medios masivos de comunicación y al movimiento deportivo cubanos. Talento, pasión, compromiso y profesionalidad lo distinguen.

Fundador de los Consejos Voluntarios del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), profesor de Educación Física, entrenador de Baloncesto, corresponsal voluntario de Radio Reloj, anotador de Beisbol, árbitro, graduado del curso para Narradores Comentaristas Deportivos en 1967 y desde ese año pues comentarista deportivo del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) hasta el 2005, luego contratado por Cubavisión Internacional, le emisora radial la COCO y la revista Excelencias del Motor.

Imposible resumir en minutos una vida tan útil y grande, necesario, si, destacar su amor por Madruga, justo aquí en este entorno rural tan suyo, en el parque municipal, fueron pensadas muchas de las frases que la distinguen en su labor profesional, pues disfrutaba su estancia en este sitio tan querido por todos lugareños.

Allí nació aquella con la que hasta hoy se reconoce en el mundo entero al mejor equipo de Voleibol cubano, las espectaculares Morenas del Caribe.  Es que la palabra ha sido su mejor arma. Solo el privilegio de vivir en su tiempo y disfrutar su genialidad frente al micrófono es motivo para el eterno agradecimiento.

Cuantas emociones nos ha hecho sentir al escuchar esa voz firme y clara narrar las hazañas de nuestros deportistas.

Hace apenas unos días fue distinguido de manera oficial, aquí en su pueblo natal, con un título que hace años mucho se merecía y que ya el pueblo le había dado. René Navarro Albelo es hijo ilustre de Madruga. (IVP)