La dura situación que vivimos los cubanos hace pensar a muchos que el futuro es solo una quimera, que el pasado solo es un cuento que se inventaron nuestros mayores y, que incluso, un sistema social que aún con sus brechas y sus dificultades, dignificó en un momento muy importante de la nación la vida de muchísimos cubanos, no tiene trascendencia alguna.
Y no solo esa historia Patria que involucra a los héroes y próceres, sino también esa que habla de nuestras raíces, nuestras tradiciones y nuestras costumbres en el lugar más auténtico, el de la comunidad, del barrio, donde hay otra, también muy importante, la historia local.
El trabajo realizado por la Unión de Historiadores, del municipio Melena del Sur, materializado esta vez en el Evento Teórico con 11 trabajos dedicados al reconocimiento y perdurabilidad de aquello que une, que nos identifica, es el testimonio más fresco, de que aún importa saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos, una especie de motor impulsor para reconstruir el sueño, que no puede abandonarse, el de labrar un futuro mejor.
Escuché a los ponentes hablar de esperanza, de amor y orgullo por la modesta localidad que los vio nacer, con valores únicos como el de haber sido el Primer Territorio Libre de Analfabetismo en Cuba y en América Latina, una hazaña aún con poco reconocimiento y que se convierte en una prioridad de los historiadores meleneros.
De contar también con locaciones y hechos relacionados con la epopeya mambisa, con episodios de la ruta de Maceo, con huellas de la humillante y cruel esclavitud, de la convicción de todo melenero que en los márgenes del Río Mayabeque nació La Habana, del reconocimiento a músicos y artistas a cuya dedicación y filantropía tanto le debe Melena, y a lo que son sus habitantes y hasta una figura a quienes muchos los de mi generación, nacidos sobre todo en el campo, debemos nuestro nacimiento, las comadronas, referentes para aquellas que gracias a la Revolución serían las flamantes enfermeras obstetras de quienes también se habló con respeto en este evento.
Creo que para quienes participamos en él, sobre todos los que no nos dedicamos directamente al estudio de la Historia, fue una vidriera en la que vimos expuesta una de nuestras más grandes carencias, con una sola sombra para mi gusto y el de sus participantes, la escasa presencia de jóvenes, pilares imprescindibles en esa reconstrucción del porvenir del que hablamos y necesitamos, otra tarea pendiente de la Unión de Historiadores del municipio Melena del Sur.