La educación, uno de los pilares de la sociedad cubana, no escapa en Mayabeque al impacto de las complejas situaciones económicas que vive el país.
Un sector que se reciente ante el déficit de profesores en las aulas, que en el país en el presente curso escolar supera los 17 mil profesionales y nuestra provincia es una de las más implicadas.
El maestro es el alma de la educación y su ausencia incide en la calidad del proceso docente. Por eso la respuesta inmediata a la crisis es cubrir con alternativas las vacantes en los claustros. Eso significa apostar por educadores en formación en escuelas pedagógicas, estudiantes universitarios de otras ramas que se vinculan a las aulas en la tarea Educando por Amor y otras variantes que se ponen en práctica en Mayabeque.
Ese es el panorama que hoy reina en las escuelas de la provincia y la secundaria básica es el nivel educativo más comprometido. Son varias las causas que provocan las bajas de los docentes y hoy es un verdadero reto mantenerlos en las aulas. Destaca la búsqueda de una mayor remuneración, la emigración y problemas personales que alegan los educadores.
Aún en un escenario tan complejo no es posible quedarse de brazos cruzados y urge atender de manera diferenciada a los educadores, como las personas imprescindibles que son dentro de una sociedad.
El reconocimiento a su labor y la estimulación material, también, como una estrategia que se debe diseñar y ejecutar desde cada territorio a partir de la disponibilidad de recursos y la creatividad para adoptar medidas que les favorezcan. La situación exige de un análisis profundo, de ubicar al sector educacional como prioridad entre prioridades, pues se trata de una de las labores más necesarias de la sociedad. Con la educación se hipoteca o se gana el futuro. (IVP)