Leonor Pérez, una tinerfeña ilustre y puente entre dos culturas. Foto: Archivo

El 19 de junio de 1907, hace ya 117 años, muere en La Habana Leonor Pérez, madre del Apóstol de las guerras de independencia de Cuba José Martí Pérez. Sus últimos años de vida transcurrieron en compañía de su hija Amelia, sumidas en la pobreza.

Había nació en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, el 17 de diciembre de 1828, en el seno de una familia económicamente desahogada, aunque no rica, pues poseían algunas propiedades en casas y otros medios de vida.

Fue una joven hermosa, inteligente, alegre, y de costumbres sumamente austeras. Sujeta a los cánones de una sociedad que discriminaba fuertemente a la mujer, aprendió las primeras letras en casa de unas amigas, a escondidas de sus padres, pues estos pensaban que la instrucción podía atentar contra las severas normas morales de la época.

Apenas cumplidos los 15 años de edad, viajó a Cuba con su familia, donde conoció al apuesto joven valenciano y sargento de artillería, Mariano Martí y Navarro.

Del matrimonio con Mariano Martí nacieron ocho hijos que se nombraron, en orden de nacimiento: José Julián, Leonor, Mariana Matilde (Ana), María del Carmen (La Valenciana), María del Pilar (Pilar), Rita Amelia (Amelia), Antonia Bruna y Dolores Eustaquia (Lolita).

Doña Leonor quedó viuda el 2 de febrero de 1887, y el 17 de noviembre de ese año salió para Nueva York, donde residió en compañía de su hijo, hasta finales de enero de 1888. 

Como homenaje a la madre del apóstol se erigen Monumentos a Leonor Pérez en diferentes lugares de Cuba y España. Uno de ellos se encuentra en el Paseo Borges Salas, en el interior del Parque García Sanabria en Tenerife. Se trata de un monumento sencillo, un busto de bronce colocado sobre un pedestal. La escultura fue realizada por Thelvia Marín, con motivo del centenario de la muerte de esta tinerfeña ilustre que fue puente entre las culturas cubana y española. (IVP)

Isamary Valero Padrón