Mayabeque, Cuba: La historia y la danza se abrazan en la obra literaria La aventura cubana de Anna Pávlova, del escritor e investigador de Jaruco, Francisco Rey Alfonso, que se presentará en febrero en formato digital, en el contexto de la XIII Feria Internacional de Libro de La Habana 2025.
Aunque el volumen de la Editorial cubana Tablas-Alarcos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas vio la luz el 4 de octubre último, coincidiendo con el cumpleaños de este intelectual mayabequense, sus primeras células comenzaron a palpitar hace una década.
Abre el telón y aparece la mejor Gisselle de su tiempo
Anna Pávlova (1881-1931) se le apareció con total claridad al incansable buscador de la Ciudad Condal cuando este, en su travesía para rescatar la memoria de la danza mundial, se cruzó con el ballet ruso. Quedó absolutamente fascinado y se dijo: “A esta mujer hay que hacerle lo que se merece.” Y es que, de la misma manera que El lago de los cisnes es el ballet de los ballet, ella fue un mito en su época, enfatiza.
Lo que la hizo trascender, apunta, no fue precisamente su técnica, imperfecta, según los conocedores de este arte y los testimonios de aquellos que la vieron bailar. “La Pávlova ganó celebridad y se reconoce todavía como la quinta esencia del ballet y la mejor Gisselle de su tiempo porque era una gran actriz, era sublime, tenía una maestría impresionante para disolverse en disímiles personajes, subraya el investigador.
Cuando comenzó su redada, halló cinco biografías de la Pávlova pero se desmarcó de cuanto leyó. Su propósito fue entender, atender y describir las circunstancias económicas, políticas y sociales que rodearon las presentaciones de la artista (1915, 1917 y 1918) en un país tomado por el gansterismo y que se estremecía por los movimientos obreros y el enfrentamiento entre conservadores y republicanos.
Al compás de las zapatillas de la Pávlova, Francis, como le conocen al también Historiador de Jaruco, tejió un relato casi fotográfico de aquella época con sus claros oscuros: el mundo teatral, los cubanos y su mentalidad, las costumbres, el vestuario, los sucesos aparentemente triviales y otros que marcaron pautas en la sociedad republicana.
“No se escribe mucho sobre el ballet y cuando se hace no se pone en contexto”, advierte Rey Alfonso. Y ese es a todas luces y en opinión de quienes ya lo leyeron, el gran mérito del libro que se presentará el 14 de febrero a las 10 de la mañana en la Sala Teatro Llauradó del Vedado capitalino.
Armando el rompecabezas
Para conformar este volumen de 557 páginas, Rey Alfonso, quien trabajó durante quince años en el Ballet Nacional de Cuba y ha dedicado su vida a conocer y diseminar la historia de la danza mundial, desmenuzó revistas, incluso las religiosas de la época, revisó materiales audiovisuales, libros y bibliografías de todo tipo y en diferentes idiomas en la Biblioteca Nacional, para luego cotejar y completar la información en Literatura y Lingüística, en la Villena y en otras instituciones académicas y culturales.
Terminó descubriendo que la Pávlova brilló, pese a todo, en La Habana, Matanzas y Cienfuegos. La temporada en el Payret, en 1915, transcurrió con bastante normalidad. De hecho, fue un éxito”, describe en el libro Rey Alfonso. No obstante, a veces bailó en teatros casi vacíos. “En el 17, por ejemplo, coincidió su presentación con la Guerrita de las chambelonas y la gente tenía miedo de salir.”
Esta aventura en la isla antillana queda bordada así en un documento puntual de la vida de Anna Pávlova, que ya está recorriendo el mundo como libro digital al fin. Su portada, de exquisita elegancia y la magistral manera de contar de su autor convierten a este libro en una joya de la literatura y la cultura cubana. Estoy segura que hasta los más exigentes lectores se quitarán el sombrero ante sus páginas. Es a lo que nos tiene acostumbrados el artífice de obras indispensables, como Teatro Nacional de Cuba: historia de un monumento, Martí y la danza, Grandes momentos del ballet romántico en Cuba, Alicia Alonso, órbita de una leyenda, Fanny Essler: Cartas desde La Habana…
Después de la Pávlova
La vida de Francis es un perpetuo presente. Trabaja sin parar en varios libros a la vez. Cuando busca una cosa se le aparece otra y entonces, esa pasión inexplicable por la danza que le acompaña y le hace feliz desde su infancia, le incita a resguardar y convertir en literatura nueva todo aquello que va redescubriendo.
Así lo delata su mesa escritorio donde hay infinidad de objetos: una laptop y decenas de libros apilados, la mayoría de danza y de historia. En una caja de zapatos, su fichero personal, y tiene varios con cientos de tarjetas perfectamente ordenadas según las fechas, temáticas, etc. También tiene una lupa que le facilita la búsqueda y lectura a sus 73 años de edad. Anotaciones que solo él sabe descifrar, se encuentran en trocitos de cartulina y papeles de diferentes tipos y tamaños, en un desorden hermoso, digno del investigador inmenso que es Francisco Rey Alfonso.
Ahora, mañana y los días que están por venir, él tiene como metas descomunales un Diccionario de la ópera y la opereta y la construcción de La historia del ballet en Cuba, proyecto este que lo seduce y al mismo tiempo le aterra. Inéditos y a la espera de las editoriales: La enseñanza del baile en Cuba, Biografía de Aníbal Navarro y otras obras que se repartirán, confío, como lo hace en estos momentos La aventura cubana de Anna Pávlova.
Para quien ha convertido la danza en el mayor de los placeres, nada es más gratificante que ver nacer, crecer y volar un libro. Por eso, el Francis que anda las calles de Jaruco, resplandece mucho más por estos días. Es que lo grande y lo eterno le siguen acompañando. (rda)