Mayabeque, Cuba: Martí, el más universal de los cubanos, dejó su legado para la posteridad. Su vida y obra se inmortalizan en Güines. El mausoleo que honra su memoria data de 90 años. La historia marca el lugar para rendirle tributo al hombre de la Edad de Oro.
La iniciativa, cuenta el investigador de la biblioteca provincial Ernesto Manuel Sarduy, fue tomada por el Consejo Provincial de Gobierno que sentía la necesidad de erigir un sitio que reverenciara la memoria del Héroe Nacional.
Es así que se construyó a inicios del año 1929, el parque José Martí. Los primeros pasos se dan en el seno de la Asociación de Periodistas del municipio y con muy buena acogida por las altas instancias.
En febrero del citado año, acudieron a la localidad miembros de una comisión constituida por ingenieros del Gobierno, encargados de hacer el proyecto y para aunar voluntades se suman las gestiones de los consejales Cayetano González y Ramón Casas Bacallao.
Todo esto, dice el joven investigador Sarduy, era muestra de las acciones que podían lograrse a favor del ornato público y a su vez honrar la memoria de Martí.
Tras tomar la decisión de construir el parque, el proyecto definió un área en forma casi triangular, justo entre las antiguas calles Amistad, Pinillos, Arango y Cuatro Palmas, nombres que con el paso del tiempo viven en la memoria de muchos pobladores de lo que fuera la Villa del Mayabeque.
En su conjunto, el parque estaba identificado por un pequeño puente pavimentado que simulaba rústica madera y cruzaba por sobre un tramo de zanja, además de una mediana plataforma circular, con bordes superiores para tomar asiento.
La ornamentación incluyó la siembra de árboles frondosos intercalados en su perímetro para dar sombra.
Agrega el investigador Ernesto Manuel Sarduy, que el busto sobre pedestal de José Martí, erigido por una asociación juvenil, le fue emplazado en 1949, al trasladarse desde su primera ubicación, en el Parque Central de Güines.
Son 90 años de existencia de un parque que no envejece. Considerado Monumento Local, en él los pioneros rinden tributo al autor intelectual del Moncada, ese que estará siempre en el corazón de quienes declamen Los Zapaticos de Rosa.
Este parque también es motivo de visita para aquellos que, como él, son eternos enamorados de la vida.
Indira La O Herrera
Periodista en Radio Mayabeque