Para fines del siglo XX, muchos estudios demuestran que la homosexualidad dejó de ser tratada como una enfermedad mental. A partir de esa fecha se ha promovido una incesante lucha mundial por erradicar conductas que atentan contra el bienestar y desarrollo de los homosexuales como seres psicosociales.
A pesar de todos los intentos aún persiste el rechazo y la repulsión. A esos sentimientos y actitudes se les denomina comportamientos homofóbicos. La homofobia se considera como un problema y la gravedad no está solo en el rechazo que provoca, sino en las consecuencias que desencadena en la sociedad.
Los estereotipos creados por los seres humanos, juzgan o caracterizan el papel del hombre y la mujer. Cualquier persona que no cumpla con dichas características o rasgos, en muchas ocasiones es juzgada de floja (o), amanerado, tosca entre otros nombres muchos más crueles que se han asignado.
En el mundo entero se evidencian diariamente ataques públicos hacia personas homosexuales, pero más preocupante aún son los que pasan desapercibidos, que suceden en escuelas, centros de trabajo y en muchas ocasiones atentan contra la vida de los acosados.
Se necesita promover el respeto, la equidad de género, eliminar estereotipos, para convivir de manera armónica en sociedad. La homofobia constituye hoy día una problemática más grave incluso que el racismo. Muchos países, como Cuba, han lanzado campañas que otorgan derechos legales a las personas, respetando su orientación sexual, pero sigue siendo una situación para muchos, difícil de asimilar.
Es importante pensar que nadie está exento de esta problemática, las consecuencias de la homofobia implican no sólo a las víctimas, sino también a familiares, amigos, y parejas. Se ha comprobado que actos como el Bullying Homofóbico dejan secuelas para toda la vida en quienes los sufren. Considero que el respeto a la otredad es el primer paso para librar al mundo de tan cruel sentimiento. (BSH)
Nathalie Martínez Camps
Periodista en Radio Mayabeque