Lázaro Palenzuela Campos, fiel defensor de la música campesina y del verso improvisado.

Mayabeque, Cuba: Un hombre desnuda su alma a través de estrofas, y poemas espontáneos. De niño se adentró en este camino para redescubrir sueños y aprender el oficio de improvisar.

Lázaro Palenzuela Campos, fiel defensor de la música campesina y del verso improvisado, con solo 12 años asistió al primer guateque campesino en el antiguo cine Mayabeque.

En la canturía disfrutó la presentación del poeta Julito Martínez, y pensó que todo era con previa elaboración. Sólo los genios podían decir aquellas frases, y fue así que se enamoró de la décima.

Para unos se forma, para otros se nace con este arte, pero lo cierto es que se adentró en ese camino, para amar y defender la tradición, porque eso lo lleva en la sangre.

Escribir también forma parte importante de su vida. En 2011 ganó el Premio Nacional Indio Naborí, en décima escrita, y en el evento de poesía erótica de Cumanayagua, obtuvo el segundo lauro.

Lázaro Palenzuela siente orgullo de la tradición campesina. El punto cubano, como madeja que lleva alma, corazón y vida, se convierte en esencia de su espíritu creador.

Así el poeta entrega su vida al arte de la improvisación donde forma tradiciones, valores, y cubanía, como esencia de un arte que nace o se forma en lo más profundo de su ser para convertirlo en un eterno enamorado. (LHS)

Indira La O Herrera

Periodista en Radio Mayabeque

 

Por Indira La O Herrera

Periodista en Radio Mayabeque  

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