Controlar a los jóvenes en tiempos de pandemia puede resultar tarea difícil, pero hay que lograrlo.

Continúa en aumento el número de niños y jóvenes contagiados con el virus del Sars Cov-2 en nuestro país y ello enciende una alarma a nivel familiar y también social.

La juventud es temeraria por naturaleza, atrevida y en ocasiones excesivamente confiada pero, en este particular, esos atributos ponen en riesgo la vida y comprometen la salud de amigos y familiares.

Controlar a los jóvenes en tiempos de pandemia puede resultar tarea difícil pero hay que lograrlo, en primer lugar, con el apoyo de los padres en una titánica tarea de convencimiento que no admite descanso, está en juego la vida.

También instituciones y autoridades deben hacer valer todo lo establecido para que se cumplan las medidas y poder contener la pandemia.

En el caso de los niños en muchas ocasiones, lamentablemente, son víctimas de descuido, porque lo que sí está claro es que cuando se hace en materia de protección y prevención lo que hay que hacer es difícil el contagio.

No se puede generalizar pero a estas alturas y con las experiencias contadas se sabe que todo cuidado es poco y para el cuidado de los niños y otro segmento vulnerable de la sociedad se han ofrecido todo tipo de garantías.

El hecho de que en el país no se reporten entre los fallecidos hasta la fecha por la Covid-19, ni niños ni jóvenes y el porciento de curados sobrepase el 90, no da derecho alguno a bajar la guardia y a no cumplir o a pensar que no pueden haber complicaciones, todo lo contrario, es motivo para apoyar y contribuir como de hecho lo han hecho miles de jóvenes que desde diferentes frentes participan en este combate por la vida. (IVP)

Maria Amalia Pérez

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