Desde pequeño mi abuela oía mucho la radio, yo como niño al fin acompañado de la imaginación de la edad, pensaba, como es posible que simples palabras salidas por una bocina puedan conmover tanto a las personas y reflejar tantos sentimientos en sus rostros.

Con el tiempo aprendí, que era magia, pues la radio tiene ese toque genial, potencia la imaginación del oyente y no solo eso, la historia habla por sí sola, pues siempre está ahí, en el momento que la necesita y se sigue solventando, luchando, contra la gran competencia que es el audiovisual y las redes sociales.

Como escribiera el filósofo y comunicólogo, Marshall McLuhan: “La radio afecta a la gente de una forma muy íntima, de tú a tú, y ofrece todo un mundo de comunicación silenciosa entre el escritor-locutor y el oyente”. 

Todos aman cuando el Dj pone la música del momento, pues la radio es actual en todos los sentidos, los juegos de participación, son pura adrenalina, todos quieren ganar, todos quieren oír su propio nombre reproducidos por las bocinas y no es egoísmo, no, es amor, porque así trabaja.

Hoy, con la amenaza de la COVID-19 en el planeta, este medio de comunicación toma más relevancia que nunca, por eso su lema “Nuevo mundo, nueva radio” viene acompañado de un mensaje de amor y de unión que solo será posible si todos colaboran con las medidas propuestas.

La radio cumple años, y hoy a tantos años de la primera vez que descifré el colorido de esas voces, y recuerdo a mi abuela, el brillo de sus ojos eso, es amor por la radio. (BSH)

Alejandro Rodríguez Fernández

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