Viven en el municipio de Madruga con la satisfacción de pertener a ese grupo de mujeres que apoyó desde la clandestinidad la lucha por la difinitiva independencia.
Dos historias con nombre de mujer: Felicia Rodríguez Fundora y Georgina Pérez Rabelo, la Cuba de hoy por la que lucharon y por la que morirán si es preciso.