Ya se desarrolla el esperado Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y en la presidencia está Fidel con sus sueños tan grandes, los que para algunos solían ser utopías.
Con él al frente está toda la generación histórica de la Revolución que ha traído hasta aquí a la organización partidista que se nutre de lo mejor de este pueblo durante estos años de Revolución. Soñar y Continuar es la consigna.
La cita que reedita aquellas jornadas memorables de Girón, será recordada como el Congreso de la continuidad, el que marcará un hito importante en medio de uno de los escenarios más difíciles que ha vivido la Patria.
Para ello en cada espacio de debate se defenderá el carácter socialista de la Revolución, ese que aquel en otro abril de milicianos y fusiles, en la céntrica esquina de 23 y 12, en la capitalina barriada del vedado, tuviera como protagonista a Fidel frente a un pueblo que ya comprendía que era ese el único camino rumbo a la completa independencia.
Las herramientas tendrían que estar en manos de los jóvenes, dignos herederos de lo alcanzado, y única fuerza capaz de lograr la necesaria continuidad. Ellos por supuesto no solo han sido hacedores activos de la historia, sino que heredarán la conducción del Partido Comunista.
Será un Congreso único, marcado por una crisis epidemiológica global sin precedentes causada por la pandemia de Covid-19, en la que se debatirán asuntos trascendentales del presente y el futuro del país, entre los que descuella la conceptualización del modelo económico y social de desarrollo y la implementación de los lineamientos.
En él se analizará además el funcionamiento de la organización y su vinculación con las masas, la actividad ideológica y la situación de la política de cuadros. (IVP)