Mayabeque, Cuba: En horas de la tarde del pasado sábado 4 de diciembre, el movimiento deportivo cubano, de Mayabeque y especialmente de Catalina de Güines, se conmovió por el fallecimiento de Urbano González Basanta, un pelotero de largo historial y prestigio en el deporte de las bolas y los strikes de la Isla y más allá de nuestras fronteras.
Durante los últimos años de su vida, popularmente conocido como el “Guajiro de Catalina”, estuvo seriamente aquejado por numerosas secuelas derivadas de la diabetes, que aceleraron su deterioro físico.
Al fallecer contaba con 82 años de edad, había nacido el 25 de mayo del 1939 en la finca “El Gato”. Se inició en el béisbol desde edad temprana en la finca La Constancia en la zona de Aguirre, próxima a Catalina de Güines.
Antes de cumplir 16 años inició su largo andar en el deporte que lo convirtió en ídolo de multitudes de seguidores de la pelota en todo el país.
La Fábrica de Conservas La Caridad, de Jaruco, lo acogió en su conjunto para defender la segunda base, aquel fue su primer equipo en el béisbol organizado.
En la década de los 50 jugó en la Liga Unión Atlética Amateur con el equipo Unión Club de Catalina. Después en la Pedro Betancourt, de Matanzas y en la de Quivican.
En 1959 Urbano, junto al también güinero Antonio “Ñico” Jiménez representaron a Cuba en los III Juegos Panamericanos en Chicago, Estados Unidos. Tres años más tarde se iniciaron las Series Nacionales de las que fue pionero, alineó en la jornada inaugural con el equipo Occidentales.
Jugó las primeras 13 ediciones, casi todas con Industriales y algunas con El Habana y Constructores. Intervino en cinco juegos de las Estrellas y una Especial.
Bateaba a la zurda y lanzaba con la derecha. No se distinguió por ser bateador de largo metraje, en cambio poseyó excelente tacto, jugador casi imposible de ponchar, dueño de una vista de águila, solamente le vencieron por esa vía en 67 oportunidades.
Dejó marcas que han perdurado durante años. Es el pelotero cubano que acumula más veces consecutivas al bate sin poncharse (190). Además mantuvo una racha de 217 veces sin recibir el tercer strike y jugó 50 partidos seguidos sin abanicar la brisa.
Ganó oro en cuatro campeonatos mundiales, (Nicaragua 1961, República Dominicana- 69, Colombia-70 y un año después en La Habana. Además de Chicago, compitió en los panamericanos de Sao Pablo-63, Winnipeg 67 y Cali-71, y ganó el título en las tres últimas. También las coronas en los centroamericanos y del caribe de Puerto Rico-66 y Panamá-70.
Obtuvo oros en un Torneo de la Amistad y una Serie del Caribe. Se mantuvo activo hasta concluir la XIII Serie Nacional de 1974 y poco después anunció su retiro definitivo.
Por su extensa hoja de servicios recibió numerosas distinciones y reconocimientos, entre ellos, las medallas Mártires de Barbados y de la Dignidad. En 1999 asistió invitado a Baltimore, Estados Unidos, para el histórico desafío de peloteros cubanos contra el equipo de Grandes Ligas de aquella ciudad.
También al inolvidable encuentro de veteranos del béisbol cubano y de Venezuela realizado en tierras morochas, donde los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez dirigieron los respectivos equipos.
Siempre expresó satisfacción y orgullo por defender con honor el uniforme de las cuatro letras y de su contribución a los éxitos y glorias alcanzadas en las lides en que participó.
“El mejor homenaje lo llevo dentro, el cariño del pueblo, de mis antiguos compañeros y los de hoy; mi lealtad a la Patria, estar en aquel desafío en el Latinoamericano, no haber sido expulsado del terreno por indisciplinas, ni ser abucheado y haberlo dado todo por mi equipo y el de Cuba” expresó en entrevista de prensa.
El “Guajiro de Catalina “conoció el cariño, respeto y admiración, que le prodigaban en su terruño natal y en toda Cuba. Paradigma para las nuevas generaciones de peloteros, a quienes dejó como legado una limpia y brillante hoja de servicios.
Con Urbano González Basanta el béisbol cubano perdió una leyenda, pero siempre estará en la mente de todos los aficionados y el pueblo, por sus cualidades como atleta, su caballerosidad, disciplina dentro y fuera del terreno. (BSH)