Mayabeque, Cuba: La proverbial locuacidad del profesor ya jubilado Reinaldo Mena Álvarez, me recuerda a una anécdota de Sócrates, conocido sabio de la antigüedad, porque también, para él, todos los espacios de su vida diaria le ofrecen la oportunidad de compartir su gran pasión: enseñar matemáticas, sentimiento que nació en el año 1968 ante el llamado de la joven Revolución.
Por 43 años, el popular docente impartió institucionalmente la matemática, y hoy jubilado, aun con tiza en mano, continúa con su hermosa obstinación en contagiar su mismo enamoramiento a sus discípulos.
“Desde que tengo recuerdos existe escasez de profesores de matemática, pero creo que faltan iniciativas para estimular a los estudiantes a dedicarse a esta ciencia, y esta fecha, así como la del 14 de marzo Día Internacional de las Matemáticas, podría ser el primer paso para esta ardua tarea”, comentó Mena Álvarez.
Motivado y feliz el profe Mena, frente al pizarrón, muestra curiosidades que hacen única y atractiva la ciencia que ama. Luego extiende emocionado un pequeño documento que contiene las cualidades que debe tener un maestro, entregado aquel inolvidable día de su graduación en el año 1978, con la presencia de Fidel. Una confesión llega espontáneamente: “Si yo volviera a nacer, escogería, que nadie lo dude, ser profesor de matemáticas”.
Con 72 años cumplidos, para el profesor Reinaldo Mena Álvarez, sencillamente Mena para los meleneros, hay una razón por la que también siempre apostara por las matemáticas. “No hay enigmas. Si un problema puede plantearse, también puede resolverse”.