Mucho ha evolucionado la trillada frase de que los niños son el reflejo de su familia. Hoy constituyen reflejos, pero de las incertidumbres y crisis económicas del actual contexto social cubano. La sexualidad de los adolescentes y jóvenes no escapa a esa realidad, esta mediatizada más que nunca por los contenidos de la televisión, el cine, las plataformas digitales y el consumo de drogas.
La juventud cubana se mueve a ritmo apresurado, acorta los periodos de exploración y conocimiento de la sexualidad propia y llega al coito en la mayoría de los casos sin darle la debida importancia, “por aceptación o para estar a tono con el grupo”, con dudas en sus sentimientos y en los de la otra persona, dada la reducida edad y hasta sin protección.
El ascenso de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y los embarazos en edad precoz en Cuba son el resultado de la aceleración de procesos y del comportamiento sexual irresponsable de la juventud. Cuando se transita por estas edades se disparan las ansias de libertad e independencia y se coloca la venda que impide ver lo positivo de la comunicación con la familia para “primero” recibir educación sexual y luego llegar a una sexualidad sana y placentera.
En Cuba se registran cada año alrededor de 50 mil pacientes con infecciones trasmitidas sexualmente, estadística alarmante debido a las dolencias y efectos negativos que provoca en la salud sexual sobre todo de las mujeres. Entre ellas la infertilidad (en ascenso), los embarazos ectópicos y el cáncer cervico uterino.
El Máster en Atención Integral a la mujer, obstetra del Grupo Básico de trabajo del Policlínico Universitario Rafael Echezarreta de la capital de Mayabeque y profesor asistente, Doctor Miguel Arturo Salas Clejer según su experiencia diaria valora que hoy la mayor incidencia de sepsis vaginales y afectaciones en el cuello uterino es en pacientes entre 14 y 20 años de edad, con reiteración de casos de herpes simple, condiloma, trichomona, clamidia y vaginosis bacteriana.
También están en ascenso los embarazos en niñas menores de 20 años. Es cierto que el distanciamiento de la familia con el menor de edad y la escases de condones u otros dispositivos intrauterinos (DIU) atentan contra una sexualidad libre, placentera y protegida, pero no es justificante.
Las Consultas de Planificación Familiar Municipal como la del Policlínico Universitario Rafael Echezarreta de San José de las Lajas constan con profesionales para el asesoramiento de la sexualidad y la utilización de métodos, entre los que figuran las vacunas anticonceptivas para mayores de 18 años con un periodo de protección de dos meses. En la red de farmacias se abastece además con pastillas anticonceptivas, para con previa prescripción médica indicar su tratamiento efectivo.
Cuando se trata de salud sexual para la adolescencia y juventud se debe de vencer los imposibles, dejar a un lado el pretexto real de las carencias y aferrarse a repartir el amor, retrasar el momento y prolongar el encanto de conocerse a uno mismo y a su persona favorita para luego fortalecer el amor sin consecuencias. Hay que buscar el mejor reflejo del espejo de la familia y no formar parte de las empañadas instantáneas de la sociedad. (rda)