Mayabeque, Cuba: En un gesto que ennoblece el espíritu y ante la inminente amenaza del huracán Melissa al oriente cubano, el gremio de transportistas privados de Mayabeque ha firmado un compromiso voluntario y solidario para donar sangre, en caso de ser necesario, con el fin de auxiliar a las personas que pudieran resultar afectadas por el fenómeno meteorológico.
La decisión la ha dado a conocer el internauta Luis Adrián, en su perfil en la red social Facebook.
Este grupo de hombres y mujeres, cuyo trabajo es fundamental para la movilidad local, está consciente de que los desastres naturales suelen traer consigo una urgente necesidad de hemoderivados en los bancos de sangre, de ahí su determinación y conducta solidaria. Su objetivo es claro: estar listos para convertir su propia vitalidad en un recurso imprescindible para otros.
La iniciativa, que han publicado para hacer saber a la comunidad y a las autoridades sanitarias, busca garantizar una reserva de sangre segura y disponible de inmediato.
El comportamiento no es una acción aislada, sino una red de apoyo concretada en cada cubano que enaltece su humanismo en circunstancias como las que enfrentamos con el acercamiento del meteoro.
Los transportistas han saltado la cotidianidad en la ciudad, y se han transformado así en héroes anónimos. Su altruismo no se mide en kilómetros recorridos, sino en la disposición colectiva, se anticipan y construyen un dique de hermandad frente a una posible emergencia.
La acción de los transportistas de San José de las Lajas y Mayabeque pretende servir como un faro que inspire a otros sectores de la comunidad. Su ejemplo demuestra que la preparación ante desastres no se limita a lo material, sino que también debe contemplar la salud y el bienestar de los más vulnerables. Mientras Melissa se aproxima, en el occidente de Cuba ya circula un torrente de esperanza. No es el viento del meteoro, sino la certeza de que, frente al peligro, la respuesta de nuestra gente será siempre la solidaridad. Los transportistas han puesto, literalmente, su sangre sobre la mesa, recordándole a todos que más fuerte que el embate, será la unidad para levantarnos. (rda)
