Muchos tienen la dicha de despedir otro año al lado de las personas queridas, la familia, otros aunque estén lejos del hogar, ya sean por cuestiones de trabajo o simplemente por lejanía, siempre añoran despedirlo con la realización de las populares tradiciones de los cubanos.
En la mesa una buena comida criolla, el congrí por excelencia y la carne de cerdo asada, platos típicos de postre acompañado de unos buenos traguitos hacen que la familia comparta en armonía. Un juego de dominó entre el ajetreo del día, contar anécdotas graciosas a nuevos miembros del ceno familiar o a invitados, caracterizan el 31 de diciembre en Cuba.
Y qué decir del entusiasmo de los más pequeños de casa cuando junto a un adulto confeccionan el muñecón con las prendas de vestir más viejas de la casa, un momento para disfrutar entre jaranas y chistes que jamás olvidan.
Todos esperan con ansiedad a que las manecillas del reloj lleguen a las 12:00 de la noche para quemar o prender fuego al muñecón y dejar atrás el año viejo.
Entre el entusiasmo de la celebración, es necesario tomar todas las precauciones. Esta es una ocasión para festejar, donde también se unen vecinos de la cuadra y niños para vivir la emoción de este instante.
Terminemos el 2019 con entusiasmo pero con precaución. Precaver es mejor que lamentar. (LHS)