En los tiempos actuales, cuando se habla en todos los espacios de desarrollo local y trabajo comunitario, los instructores de arte juegan un importantísimo papel.
Más que propiciar diversión sana y entretenimiento en las comunidades, deben convertirse en actores sociales. El llamado a la integración de los factores claves de una comunidad está hecho. El país convoca a potenciar el desarrollo desde la raíz, es decir, desde dentro de los propios barrios.
El verticalismo existente en los primeros años de la Revolución, sólo sirvió para generar más inconformidad y desaliento en las personas. Son los habitantes del barrio, quienes saben sus necesidades, gustos y preferencias y lo demandado para satisfacerlos.
Los instructores de arte deben desempeñar también el papel de investigadores, conocer sus públicos.
El concepto de cultura actualmente en su sentido más amplio, abarca mucho más que manifestaciones artísticas, incluye modos de hacer, creencias, costumbres, idiosincrasia.
Es por ello que un actor comunitario debe conocer a fondo la cultura de su gente para luego actuar en beneficio de ella. No se trata sólo de llevar el arte al pueblo ni a los más recónditos lugares, sino de ofrecer arte de calidad a las personas.
Se debe lograr motivación, inculcar en los jóvenes el gusto por la apreciación de las artes. Debe ser expresión de las ideas y deseos de sus artistas, los cuales pueden ser los propios habitantes de las comunidades.
Considero de vital importancia que quienes ocupan esas plazas en cada una de las Casas de Cultura del país, se apropien de conocimientos y herramientas necesarias para un buen desempeño de sus funciones, sientan identificación y amor por su vocación. (BSH)
Redacción Digital
Equipo de redactores del sitio web de Radio Mayabeque