Formar, preparar y educar es el objeto social de la escuela, centro que nos prepara para la vida en sociedad. En ellas adquirimos conocimientos diversos, normas y valores, capaz de identificar a un individuo como miembro de una comunidad cultural, de un pueblo, o de una nación.

Este proceso inicia desde nuestro nacimiento, en los hogares y se consolida en las escuelas, de ahí la famosa frase: la primera escuela es la familia. Sin embargo, los centros educacionales facilitan una formación individual y colectiva que permite identificarnos en la sociedad.

Ejemplo de ello, es el papel que asume ante la crisis sanitaria de la Covid-19, pues la escuela no solo nos prepara académicamente, también proporciona conocimientos sobre las condiciones sociales actuales.

Niños y jóvenes en Cuba consolidan hoy con disciplina y organización, desde el aula, las medidas higiénicas para proteger su salud, pues con la reanudación de las actividades docentes, los maestros y profesores también incluyen tareas educativas encaminadas al cumplimiento de las normas establecidas por el Ministerio de Salud y Educación.

Desde este espacio, aprendemos a identificar las prioridades y necesidades, marcar objetivos, metas y sueños. (LHS)

Darlenis Hernández Castillo

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