Ser maestro es ser amigo, confidente, es entregarse a una profesión en la que te recordarán durante toda la vida.
Hoy cuando también desempeñan la misión de cuidar la salud de sus alumnos frente a una pandemia, sin precedentes en la historia de la humanidad, ahí están sus manos para protegerlos.
Pero el encuentro del saber, no solo motiva a los educadores que preparan las clases, sino al niño que desde la noche ante busca su uniforme, a la familia que lo lleva a la escuela y le orienta como evitar contraer la Covid-19, y a los vecinos que los admiran al pasar en la mañana.
Hoy en las aulas de Jaruco no solo se educan para saber leer, escribir y calcular, pues también para preservar la vida. (LHS)