Mayabeque, Cuba: Hablar de enfermería en Cuba, es hablar de entrega y de sacrificio, de sensibilidad ante las situaciones difíciles que rodean a la familia. Esta es una profesión, que más allá de su labor y responsabilidad que conlleva, va cargada de humanismo, más en estos tiempos donde el azote de la COVID 19 llama al sacrificio de cada uno de ellos.
Los hombres y mujeres formados en esta especialidad médica, son un puntal insustituible en el sistema de salud, su labor es invaluable, pues contribuyen a sostener los avances del sector, convirtiéndolo en ejemplo ante el mundo.
Una cifra superior a los 90 mil enfermeros trabajan diariamente para garantizar atenciones de calidad, cuidados que se extienden de forma solidaria a más de 60 países. Una labor donde se pone a prueba la calidad de estos profesionales, en función de la defensa de las personas y su cuidado en el ámbito sanitario.
La enfermería cubana con más de 100 años de existencia, se integra a la sociedad desde la comunidad, donde laboran y en la que viven la mayoría de ellos, premisa necesaria para el cumplimiento de su misión, convirtiéndose en la célula básica del Sistema Nacional de Salud.
En la situación pandémica actual, los enfermeros cubanos se encuentran en la línea roja salvando vidas y poniendo su caudal de saberes a disposición de los que por distintas razones son infestados por el nuevo coronavirus. No es casualidad que la Organización Mundial de la Salud (OMS), en estos 2 años de pandemia, destaque la labor de estos ángeles de batas blancas, que se interponen ante el paciente y el maligno virus, en un combate incansable por la vida.
En este, su día, permanecen al lado del pueblo, velando por el bienestar de todos. La entrega sin límites de enfermeras y enfermeros a la profesión, no pasará inadvertida jamás.