Mayabeque, Cuba: El pasado martes 25 de mayo arribó a los 82 años de edad Urbano González Basanta, pelotero de fecunda y brillante trayectoria durante 25 años en los diamantes cubanos y de otras naciones.
“El Guajiro de Catalina”, como muchos le llaman cariñosamente, nació en la finca El Gato, zona cercana al poblado de Catalina de Güines.
Próximo a cumplir 16 años se inició en el deporte. En sus comienzos militó con el equipo de la fábrica de conservas “La Caridad”, de Jaruco; después con el Unión Club de Catalina, y las ligas de Pedro Betancourt, de Matanzas y de Quivicán.
En 1962 se iniciaron las Series Nacionales, de las que Urbano fue pionero con el equipo Occidentales como defensor de la segunda base. En 13 ediciones también vistió uniformes de Industriales, La Habana y Constructores. Además, intervino en cinco Series de las Estrellas y una Especial.
Asistió a los campeonatos mundiales de Nicaragua 1961, República Dominicana 69, Colombia 70 y La Habana 1971. Compitió en los Juegos Panamericanos de Chicago 1959, Sao Pablo, 63, Winnipeg 67 y Cali 1971.
En Centroamericanos y del Caribe tuvo protagonismo en Kingston, Jamaica 1962; estuvo a bordo del buque Cerro Pelado para asistir a los de Puerto Rico 1966; cuatro años después asistió a los de Panamá.
En esas once competencias internacionales ganó nueve medallas doradas, (cuatro en mundiales, tres panamericanas y dos en centroamericanos). Además sumó otras dos coronas en un Torneo de la Amistad y una Serie del Caribe.
Se mantuvo activo hasta concluir la Serie Nacional de 1974. Este prestigioso pelotero mayabequense dejó marcas que han perdurado durante años, demostrativas de hazañas que lo convirtieron en ídolo de aficionados de todo el país y paradigma de las generaciones que lo precedieron.
Es el que acumula más veces consecutivas al bate sin poncharse (190); logró racha de 217 presencias al cajón de bateo sin recibir el tercer strike y jugó 50 partidos seguidos sin abanicar la brisa.
Por su extensa y brillante hoja de servicios a nivel nacional e internacional, ostenta la condición de Gloria del Deporte Cubano, las medallas de la Dignidad y Mártires de Barbados. En 1999 asistió como invitado especial al juego entre Cuba y Orioles de Baltimore en aquella ciudad estadounidense.
Atleta ejemplar dentro y fuera del terreno, su mayor orgullo es saber que lo quieren, respetan y admiran, especialmente en su terruño natal donde es un verdadero ídolo al igual que en toda Cuba. (BSH)
