Por esas misteriosas coincidencias, un día como hoy, pero en un lapso de 83 años entre uno y el otro vendrían al mundo el Lugarteniente General Antonio Maceo y el Comandante Ernesto Guevara, uno en Santiago de Cuba, la Ciudad Héroe, el otro en El Rosario Argentina, pero con sus nacimientos tan distantes en el tiempo solo comenzarían las coincidencias que los convirtieron en hitos para la historia no solo de Cuba, sino también de América.
Más allá de las épocas, nacionalidades y el color de la piel, los unen símiles valores, principios éticos e ideas políticas.
Sin poseer formación militar académica sobresalieron en colosales hazañas combativas al frente de fuerzas irregulares, enfrentadas a ejércitos profesionales con mejor armamento, un ejemplo de ello fueron las invasiones de Oriente a Occidente, una suerte de leyendas que enriquecieron la historia y el arte militar cubano.
Ambos actuaron en escenarios y momentos distintos, no obstante su comportamiento ético y moral ante un problema común como la injusticia y por si fuera poco la impronta de su lucha se proyecta con una enorme vigencia en sus posturas en cuanto a sus sentimientos antimperialistas, el que se complementa en el Che con su internacionalismo en otro momento histórico.
La huella profunda que han dejado en el pueblo ambos son hoy inspiración, aliento y luz para enfrentar los grandes desafíos de un presente marcado por la mayor crisis sanitaria que ha conocido la humanidad y la gran escalada del brutal bloqueo económico y financiero que intenta poner de rodillas, sin lograrlo, a todo un país. (BSH)
