Mayabeque, Cuba: Entre el verdor de los canteros de su huerto el melenero Juan Hernández Ruvalcaba se siente un Rey, a pesar de limitaciones objetivas sigue por mucho tiempo fiel a lo que ama y donde se siente verdaderamente útil.
“Yo empecé en educación hace como 17 años, en la escuelita Camilo Cienfuegos de Lechuga en lo mismo que ahora hago aquí, pero me acerqué más para acá por problemas de enfermedades de mi mujer y aquí continúo en el huerto de la escuela Frank País, muy contento, entusiasta, todos los años mantengo este lugar sembrado, es uno de los mejores huertos del municipio y no sé si en otros también”.
“El huerto de Juan es la joyita del barrio, pero no siempre fue así, mucho he tenido que batallar para lograrlo y mucho tengo que agradecer a quienes han colaborado conmigo”, expresó.
Una hipoacusia severa le impide a este modesto hombre escuchar el sonido de los pájaros y de la brisa, pero absorto entre los canteros de hortalizas y plantas aromáticas con el regalo que la vida le puso en las manos: “me siento muy orgulloso porque de ahí sale el producto para el comedor, para los profesores, para los niños, para quienes me piden y yo les resuelvo, estoy muy contento que vengan a mí y me digan, “me hace falta que me resuelvas esto y yo le digo, si ya se pueden arrancar yo te lo doy”.
Conocer a Juan Hernández Ruvalcaba, me lleva definitivamente a parafrasear al Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí: “Ser útil es mejor que ser príncipe”. (adm)