Por la paz de nuestra nación.

Cuba demuestra una vez más de que está hecha y grita al mundo su verdad. Esta es una tierra de hombres libres, de paz y esperanza. La tranquilidad y la alegría son patrimonio de la nación.

Las imágenes lo muestran desde bien temprano en esta jornada del 15 de noviembre en que triunfa el bien sobre el mal; calles con el singular colorido de uniformes y sonrisas, escuelas abiertas en ese jolgorio y entusiasmo pioneril tan contagiosos.

Es la fiesta de un pueblo batallador, las imágenes pueden mostrar mejor la esencia de Cuba, pueden inspirarnos y comprometernos más.

La isla vive y vivirá con la fuerza de un país que ha luchado duro y sin descanso frente a una pandemia que en los últimos dos años puso a prueba nuestra capacidad de resistencia y vencimos.

La patria recibe a cientos de visitantes de varias partes del mundo por ser un destino seguro que tanto atrae.

Vivimos una jornada de emociones, reencuentros y cariño, multiplicado de júbilo porque la nueva normalidad llega y con ella retomamos la vida económica y social.

Estamos unidos viviendo el presente para construir un futuro mejor, defendiendo un proyecto revolucionario socialista, conscientes de que su ejemplo incomoda a quienes lo adversan.

Nuestra divisa es la paz, solo exigimos el derecho legítimo a edificar una nación mejor para todos con independencia y soberanía, fortaleciendo los mecanismos de participación popular y abiertos al diálogo fructífero y franco.

El reinicio del curso escolar y la reapertura de las fronteras son un hecho, nadie pudo impedirlo y no han sido pocos los intentos.

Campañas mediáticas, manipulaciones de todo tipo, acciones desestabilizadoras fieles al guión y estrategia imperial; los enemigos del pueblo dentro y fuera de Cuba siguen condenados al fracaso.

El descrédito, la soledad y el ridículo son el resultado para los que pretendieron opacar la alegría de todo un pueblo y aguarnos la fiesta.

Cuba tiene la verdad y eligió su destino, el sueño del caos, la violencia y la destrucción de la Revolución se estrella con nuestra realidad.

Fue claro el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, en lo que es convicción de todo un pueblo, “despierten no va a ocurrir”. (YQR)

Maria Amalia Pérez

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