El dulce de tomate en almíbar es una de las preparaciones más básicas de nuestra cocina cubana.
Su elaboración es súper sencilla, muy similar al resto de los dulces en almíbar que tradicionalmente hacemos.
Sin embargo, esta receta ha perdido protagonismo con el pasar de los años, por eso hoy se la mostramos para rescatar esa dulce tradición que nuestras abuelitas nos enseñaron algún día y que ellas a su vez la aprendieron de sus madres.
¿Cómo hacer dulce de tomate cubano?
Hacer dulce de tomate no lleva ni la más mínima complicación, solo hay que tener en cuenta nos pocos pasos previos a su preparación y listo.
En Cuba solemos hacerlo con la variedad de tomates que nos encontremos puesto que no siempre disponemos de los adecuados para esta receta.
La variedad de tomates pera es la más indicada porque son tomates muy carnosos y con pocas semillas que podemos retirar sin dificultad.
Para esta receta de dulce de tomate necesitaremos quitarles la piel con antelación, así lo podemos degustar sin problemas una vez que esté listo.
Para facilitar el proceso de pelarlos les recomendamos hacerles un corte en uno de sus extremos en forme de cruz, verán que así será muy sencillo.
Y como este es un dulce en almíbar necesitaremos azúcar, que puede ser blanca o parda, y para aromatizarlo algunos ingredientes como la vainilla, canela o clavos de color.
Al contrario de muchos otros dulces en almíbar, en este caso no necesitaremos agregar agua gracias a que el tomate está compuesto por mucha agua y será suficiente para que se forme el almíbar espeso que estamos buscando.
Ingredientes
- 1kg de tomates pera
- 500g de azúcar moreno
- 1 rama de canela
- Cáscara de un limón
- 1 cucharadita de vainilla o clavos de olor
Preparar dulce de tomate cubano
1- Comenzamos colocando una olla con agua al fuego para dejar que hierva y mientras tanto le hacemos un corte en forma de cruz a cada uno de los tomates.
2- Cuando el agua rompa el hervor, apagamos el fuego y agregamos los tomates para dejarlos en reposo unos 5 minutos.
3- Pasado este tiempo los retiramos y pelamos partiendo desde el corte en cruz que le habíamos hecho, así nos será bastante fácil este paso.
4- Luego lo cortamos a la mitad y les retiramos las semillas, tratando de que nos queden en forma de cascos, muy similares a los de guayaba.
5- Cuando le retiremos las semillas entonces los colocamos en una olla con el azúcar, la canela, la cáscara de limón y la vainilla.
6- Removemos con cuidado para que se vaya disolviendo el azúcar a medida que se va cocinando a fuego medio.
7- Una vez disuelta el azúcar casi en su totalidad, ponemos el fuego en el mínimo y cocinamos por 35 o 45 minutos hasta que el almíbar que se va formando tenga el espesor deseado.
8- Terminada la cocción, apagamos el fuego dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego lo refrigeramos para posteriormente consumirlo así tan cual o con queso blanco.