Cada año los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, representados en el órgano deliberante, la Asamblea General, se reúnen para analizar el informe que Cuba presenta acerca de los daños ocasionados por el bloqueo que durante más de seis décadas mantiene contra esta pequeña Isla.
Una mayoría abrumadora vota a favor de que se levante el embargo y sin embargo nada sucede, son años, tras años y nadie se inmuta. Cada vez son más los daños que ocasiona en sectores como la salud.
Ejemplo de esto es la Sala de Hemodiálisis de Mayabeque donde escasean insumos y recursos. ¿Qué decir de Estados Unidos el país que más proclama los derechos humanos ante el mundo? ¿Dónde está su ejemplaridad? ¿Qué moral tiene para ello si cada día son más los seres desamparados por su culpabilidad?
Qué decir de las personas que necesitan sueros para combatir el cáncer, esa enfermedad que está acabando con centenares de seres humanos en el planeta, pero al parecer a nuestros enemigos del norte todo le es indiferente.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE. UU. a Cuba hace 60 años, consta de medidas coercitivas contra el gobierno revolucionario, pero que generan un terrible daño a la población, la cual sufre desde entonces las consecuencias de esta medida represiva.
Aunque la mayor de las Antillas posee el amplio respaldo de países hermanos y ha logrado sobreponerse durante seis décadas, cada vez se hace más difícil vencer determinadas barreras que propicia el bloqueo.
Cuba enarbola un modelo socialista de desarrollo en el que la salud es un derecho de todos los ciudadanos y una responsabilidad del Estado. Posee un sólido sistema nacional de salud (SNS) que tiene como propósito fundamental preservar y consolidar los logros alcanzados en esta esfera, así como avanzar hacia niveles superiores en la salud de la población.
A causa del bloqueo, Cuba se ve imposibilitada de adquirir tecnologías, materias primas, reactivos, medios diagnósticos, medicamentos, dispositivos, equipos y piezas de repuesto, que tiene que obtener en mercados geográficamente lejanos o a través de un tercer país, con incremento en los costos, lo cual afecta directamente al SNS y a la población en general.
El conocimiento de este tema cobra especial connotación en la sociedad cubana actual, sobre todo para las más jóvenes generaciones, a las que pertenecen los nuevos miembros del “ejército de batas blancas”.
Ellos son seres que en contrapartida, enarbolan la solidaridad por el mundo, llevando el bienestar a los más necesitados, alejados de cualquier diferencia, repartiendo amor e igualdad. (IVP)