Mayabeque, Cuba – La atención a la población es una responsabilidad de alta importancia para todos los directivos que atienden centros vinculados directamente a los servicios ciudadanos. La capacidad y responsabilidad son cualidades con un rol determinante en estos asuntos.
Responder o solucionar problemas en las actuales circunstancias económicas suele ser difícil, muy complejo, porque lograr la satisfacción de los aquejados está directamente relacionado con la disponibilidad, con la iniciativa que se aplique en las unidades y con el nivel de gestión que posea el directivo.
Algo está bien claro, por la atención a la población responden los Jefes, aunque se auxilien de segundas personas, la principal responsabilidad es de la máxima autoridad administrativa.
Para atender a la población, los dirigentes deben poseer una alta sensibilidad y adoptar decisiones objetivas con rapidez con alta dosis de carácter preventivo en ocasiones, para evitar que los problemas se agudicen.
La realidad dice que en estos asuntos no se hace todo lo necesario. Los despachos fijados de manera semanal, quincenal o mensual se incumplen por atender otras actividades, importantes quizás, pero que pueden ser delegadas, porque del otro lado de la puerta de la dirección hay personas que esperan para ser atendidos.
Ese momento de vínculo con los ciudadanos hay que defenderlo a capa y espada porque es la razón de ser de la entidad y su prestigio, además de dejar claro el cumplimiento de los dirigentes como servidores públicos.
Atender de forma adecuada a la población implica esfuerzo, tramitar hasta el final la inquietud y sus consecuencias, que las decisiones no queden en el aire sino seguirlas, cumplirlas con prevalencia del valor cualitativo de las respuestas.
O sea, atender a la población es más que acto de gracia, es dar una información verídica y objetiva, mejorar lo que funciona mal y de esa forma proteger la imagen de la entidad, y lo más importante, lograr la satisfacción del pueblo.(adm)