Día Internacional de la Alfabetización.

La fecha  del  8 de septiembre, es una de las más especiales del año y muy particularmente de este mes que toma su nombre por su séptima posición  entre los 12  del período.

Desde 1967,  el Día Internacional de la Alfabetización se celebra este día en todo el mundo para recordar la importancia de esta tarea como factor de dignidad y de derechos humanos y de su posibilidad  para el desarrollo de competencias dentro del mercado laboral y la economía en general.

Por supuesto, una persona que cuente con las capacidades básicas de leer, escribir e interpretar y que además, sepa dar buen uso a la tecnología con el fin de alcanzar un propósito determinado, puede lograr su independencia económica y ser altamente competitivo dentro de la realidad actual.

También y no menos importante, la celebración de este día permite   lograr avances en la agenda de alfabetización con miras a una sociedad más instruida y sostenible.

Pero a  pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten, ya que aún alrededor de 775 millones de adultos en el mundo no poseen las competencias básicas en lectoescritura.

La crisis reciente provocada por la pandemia constituye un crudo recordatorio al mundo de la brecha existente entre el discurso político y la realidad, lo cual ya prevalecía y tiene una repercusión  aún más acentuada  en las actuales circunstancias.   

Durante la Covid-19, en numerosos países, los programas de alfabetización de adultos han sido suspendidos, y solo algunos cursos se mantienen de manera virtual, mediante la radio y la televisión o en algunos casos  en los espacios al aire libre.

La educación,  es un derecho humano del que están privados miles de personas en el mundo, es por ello que  el Día Internacional de la Alfabetización 2020  es  una oportunidad para reflexionar y debatir de manera en que se pueda recurrir a las pedagogías y metodologías de enseñanza innovadoras.

La alfabetización, permite a los gobiernos y comunidades civiles, estar más cerca de esos objetivos, ya que al disminuir tanto el analfabetismo lingüístico como el digital, se les brinda las herramientas necesarias a los seres humanos para que logren una mejor calidad de vida, bien sea por medio de un empleo formal o del conocimiento que los hace más libres. (BSH)

Olga Lidia Gómez Ramos

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