Mayabeque, Cuba: Osley Salazar González, es un joven de 32 años de edad, que en tiempos de pandemia descubrió su pasión por la agricultura. Cada día marcha a su huerta, luego de cumplir con su jornada laboral en el punto de venta de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Noelio Capote.
“Siempre me han gustado las plantas, así que decidí sembrar. Cuando mejoró la situación de la Covid-19 volví a trabajar en el mercado. Pensé mantenerme tanto en el mercado como en el huerto, y así lo hice. Hasta ahora, he sembrado siempre lo que me gusta. Este huerto es familiar, tanto para mi familia como para mis vecinos a quienes les reparto cosas cuando cosecho”, comentó Salazar González.
En la familia, el joven con necesidades especiales, encuentra el principal apoyo para hacer realidad sus sueños.
“Mi abuelo me ayuda de vez en vez, cuando puede, a guataquear. Él dice que tiene que ayudarme, porque le gusta ver que cada vez que recojo, obtengo muchas cosas para repartir a todo el mundo. Mi papá me va diciendo qué puedo sembrar en ese momento y yo planifico cómo hacerlo”, agregó.
Ni el sol, ni el cansancio, separan a Osley de sus plantas. Posee un don especial para hacer germinar las plantas, y lo apodan Dedo Verde.
“Al ver que tengo frutas me embullo a seguir sembrando. Hasta tengo amistades de otros lugares que me han mandado semillas. Antes de sembrar, dibujo en una hoja la disposición de las plantas para aprovechar al máximo el espacio y cultivar con variedad durante todo el año. Además, siembro las que actúan como repelentes para las plagas. Aunque no esté familiarizado con todas, investigo en libros para aprender más. También estoy interesado en obtener un panal de abejas nativas para poder cosechar miel y, de paso, polinizar todas mis siembras”, expresó. Con sus propias manos, Osley Salazar González prepara la tierra para la siembra. Es él quien selecciona las semillas y las coloca en los canteros o surcos. También, guataquea y cosecha los frutos. (LHS)