Batabanó se reinventa en el camino al desarrollo y aunque en mi criterio se observan discretos avances, también creo falta mucho por hacer y sin duda se necesita de la participación de todos.
Cuando digo participar, por su puesto, lo hago en el más amplio sentido de la palabra que significa estar, implicarse, tomar parte en el asunto.
¿Cuánto más habrá que hacer? ¿Qué pasos corresponden en estos momentos? ¿Con lo que tenemos en qué más podemos avanzar?
A estas interrogantes no le vale cualquier respuesta, pensaba mientras escuchaba la intervención de directivos de esta municipalidad y de Mayabeque, en el programa radial En Tiempo Real de la pasada jornada de lunes en la emisora provincial.
Por solo citar algunos ejemplos, Batabanó realiza cada lunes su comisión de concertación de precios. ¿Pero realmente participan en ella todos los implicados? ¿Qué sucede con los que allí no asisten y continúan vendiendo sus productos al precio que más le place?
¿Qué sucede con las producciones que salen de las tierras de Batabanó y que las de mayor calidad no pisan los puntos de venta de este territorio? ¿Por qué la calidad del pan que se expende tanto para la canasta básica como para la cadena del producto cuenta con la calidad requerida en algunas unidades y en otras no?
Pienso, y muchos a mi paso coincidirán en ello, que en primer lugar debe existir un equilibrio entre los productos que se destinan a la capital del país, San José de las Lajas y este pueblo del sur de Mayabeque que también merece disfrutar de las mejores opciones.
En segundo lugar que nada ha de ser ajeno a nuestros ojos y ejercer el control con el fin de obtener cantidad, calidad y eficiencia en la prestación de servicios constituye una opción imprescindible que acompaña el camino al desarrollo.
No se trata de quien piensa más, ni lo hace mejor, se trata de pensar juntos, construir juntos el camino al conocimiento y a la verdad, en aras de que los resultados sean los deseados y sean, además, sostenibles en el tiempo. (IVP)
