La etapa veraniega siempre ha sido una de las más esperadas en el país por la mayoría de los habitantes. Si bien el calor es intenso y las tardes lluviosas, no constituyen limitantes para el esparcimiento y el disfrute de todas las edades.
Este 2020 el mundo atraviesa momentos difíciles ocasionados por la propagación del nuevo coronavirus, por lo que la palabra clave debe ser responsabilidad.
Las condiciones climáticas de nuestra Isla en los meses de julio y agosto fundamentalmente insitan a las personas a festejar, compartir entre amigos, ir a playas, ríos, parques y otros espacios públicos.
En muchas de esas actividades prevalece el consumo de bebidas alcohólicas lo cual, en ocasiones, trae consigo indisciplinas sociales que rompen un poco con la recreación sana.
Hoy todos conocemos las medidas de distanciamiento social necesarias para evitar la proliferación del virus, pero no siempre se cumplen. Pecamos de confiar en los pocos casos de los últimos días y creemos que el enemigo se dio por vencido y es quizás, cuando más cerca lo tenemos.
Aunque resulte incómodo llevar siempre el nasobuco, aunque queramos estar cerca de nuestros acompañantes, debe prevalecer el buen juicio. La playa, tan anhelada luego de varios meses de cuerentena, lugar que todos deseamos visitar, no fomenta, lamentablemente el cumplimiento de los establecido.
Los juegos en la arena, el compartir las comidas en grupo, conversar y las risas, conllevan en la mayoría de los casos a prescindir del tapabocas y olvidar la distancia tan necesaria entre las personas.
Es un llamado al autocuidado. La salud individual, pero más aún, la de un país entero, está en juego. Las autoridades han depositado en nosotros una enorme confianza permitiendo que esta etapa estival no pase por alto, no los defraudemos, seamos merecedores de esa confianza y cumplamos con lo que se nos ha orientado. Vivamos este Verano Por la Salud. (BSH)
Nathalie Martínez Camps
Periodista en Radio Mayabeque